Miradas

domingo, enero 21, 2007

Alcorcón estalla

Ya desde hace algún tiempo me dijo mi primo que las pandillas de sudamericanos habían tomado el parque donde jugaba al fútbol y le cobraban un euro por jugar, o si no le echaban. Parece que esto no es un hecho aislado y estas pandillas quieren expandir su miedo y control, como hacen en sus países, a fuerza de juntarse un gran número y recurrir a la violencia. En un mundo donde los movimientos migratorios son masivos, descontrolados, sin tiempo para una correcta planificación y cambio, se acaban produciendo desajustes que tarde o temprano desembocan en violencia y odio. Así vemos como en ciertas zonas de europa la extrema derecha va haciéndose un hueco, lentamente, pero acechante, a pesar de nuestro reciente pasado. Un símil es que si tu invitas a alguien a tu casa, le ofreces comida y cobijo, pero esperas a cambio un comportamiento respetando las normas de tu casa. Que pasa si resulta que tu invitado te exige comida y cuidados y si no se lo daste tacha de mal anfitrión. Además te intenta quitar el mando del televisor y no respeta las normas de convivencia. El desajuste producido tarde o temprano genera un conflicto.
En 2005 fueron los suburbios de París, y sus coches quemados por la segunda generación de inmigrantes. En 2007 empezamos con los altercados de bandas latinas en Alcorcón. La falta de planificación de la Unión Europea en cuanto a inmigración, no hace más que crear el clima adecuado para el conflicto. Lamentablemente los buenos tiempos, y la bonanza económica no van a durar para siempre, y en ese momento cualquier chispa puede encender una llama muy peligrosa. Esperemos que los gobiernos pongan cartas en el asunto y creen el escenario idoneo para una verdadera convivencia entre distintas culturas, y no una mezcla basada en las conveniencias del mercado. Este camino no parece que vaya a beneficiar a nadie a corto plazo.